El divorcio no es fácil de asimilar, ni para hombres, ni para mujeres, casi siempre concluye en malos términos o el trayecto es muy desgastante, sin embargo, no muy seguido se escucha sobre los problemas emocionales que vive el varón después de una separación.

Comúnmente se les percibe como insensibles y se cree que no se duelen mucho y que manejan sus sentimientos de manera muy fácil, pero la realidad es que al no aceptar que sufren y que en efecto se duelen, el hombre tiende a callarse su dolor y a pretender jugársela sin ayuda, ni contención, sin anestesia.

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Ellos viven a su modo el estrés y el dolor de un fracaso amoroso, pues en la mayoría de los casos la custodia de los hijos se le otorga a la mujer y ello limita al padre poder ver a sus hijos mucho menos y es quien, en la mayoría de los casos, asume mayormente los gastos que genera llevar dos casas, aumentando con ello el estrés de llevar dos compromisos de vida a la vez, los de los hijos y ex pareja y ahora los propios.

Cuando el matrimonio ha terminado el varón estereotípico tiende a querer “llenar los huecos que quedan”. Romper patrones no es su máxima especialidad sino al contrario, es usual que apresuran un nuevo romance con la intención de mantenerse fieles a los hábitos establecidos de llegar a casa, tener la comida lista, alguien que le espera, actividades programadas y demás.

Los hombres, que a los pocos meses de tronar con su pareja ya están puestos para la siguiente relación sin conocer bien a la nueva chica, son juzgados como superficiales y la ex puede pensar que nunca la amó al haberla superado tan rápido, hemos de entender que la soledad o la ausencia de compañía en un hombre es más difícil de sobrellevar que para la mujer.

El hombre tiende a buscar soluciones a su estado emocional apresurándose al altar nuevamente, pues sin pretender universalizar, son muchos los que se ven acarreados por el enfoque machista que les exige demostrar que aún pueden conquistar, mientras que la mujer busca sentir su dolor dándose tiempo para vivir su duelo, prolongando su soltería hasta sentirse lista.

Algunos otros tienden a engolosinarse con la nueva sensación de solteros y dan rienda suelta a su disfrute practicando el sexo casual arriesgando con esto su estabilidad emocional y hasta su salud física, pues las estadísticas de enfermedades venéreas son más altas en las personas divorciadas, separadas y viudas.

Darse tiempo para asimilar la separación puede ayudar a superar la ruptura, la meta de ambos debe ser construir una nueva relación basada en acuerdos y en límites adecuados. Cuando el divorcio ha sido tormentoso es mala idea jugar a ser excelentes amigos, lo ideal es guardar una distancia razonable hasta que puedan retomar la comunicación conciliadora para todo lo que tiene que ver con las nuevas decisiones. Si hay hijos menores siempre será necesario tener una vía sana para conversar.

Se recomienda buscar ayuda profesional para aprender a manejar la tendencia a criticar al otro y lograr tener un espacio libre de consecuencias nefastas con el deseo de reprochar o de manifestar cuestiones negativas del ex, solo así se podrá dar vuelta a la página.

Los hombres tienen el doble de probabilidades de desarrollar una depresión después de un divorcio, por lo tanto, es saludable sanar esa autoestima que queda dañada en aquellos que sienten haber destruido su proyecto de paternidad y de familia. Estos tips ayudarán a cambiar la perspectiva de derrota y encaminarte a superar la situación:

  1. Deja de alimentar el problema. Rompe el ciclo de violencia con tu ex.
  2. Recuerda que esto ya no es personal. No te adjudiques agresiones ni omisiones.
  3. Concéntrate en los hijos y no más allá de ellos cuando estés en su territorio.
  4. Ejercita una relación de socios: cordial y con fronteras bien delimitadas.
  5. Mejora tu forma de comunicarte, sé asertivo.
  6. La vida no termina. Inicia una nueva oportunidad.
  7. Impulsa el cuidado de tu propia salud física haciendo ejercicio.
  8. Si pasa el tiempo y no logras superarlo, intenta la terapia como apoyo.