El albinismo se produce por una mutación genética, la del gen de la tirosinasa situado en el brazo largo del cromosoma 11. Dicha mutación da como resultado una alteración de la producción del pigmento melanina, regulada por la enzima tirosinasa. En la mayor parte de los casos, un déficit de melanina crea alteraciones en la pigmentación de piel, ojos y cabello. Existen varios tipos de albinismo según la afectación o no de la piel y según el defecto de la enzima implicada en la melanogénesis(1). Nos centraremos en los que presentan o no una afectación de la piel puesto que tanto ojos como piel como cabellos muestran externamente este defecto hereditario. El albinismo más frecuente es el óculo-cutáneo (AOC), que también afecta al pelo, y el más raro es el ocular (AO), que se manifiesta exclusivamente en los ojos.

2ª Etapa (Protección)
Es evidente que la descodificación biológica carecerá de sentido en el caso de que la persona albina viva con absoluta normalidad y sus rasgos no influya negativamente en su vida, Por el contrario, si el albinismo supone un obstáculo de cualquier tipo para la vida emocional de la persona, entonces proponemos trabajar sobre él a partir de las hipótesis que se desarrollarán a continuación, dejando bien claro que se trata solo y exclusivamente de un campo de posibilidades que solo el paciente podrá confirmar o rechazar.

Para abordar la biodescodificación del albinismo, lo primero que se debe tener en cuenta es que se trata de una mutación genética, lo cual podría revelar que el individuo y/o alguno/s de los miembros de su clan en momentos de peligro reiterado hipotéticamente habrían tenido que adaptarse a un medio especialmente hostil. ¿Por qué la piel desarrolla precisamente una hipersensibilidad a la luz? Podría ser que su supervivencia haya radicado en captar el mayor aporte de luz posible en un ambiente de profunda oscuridad (real o simbólica). En caso de que fuera simbólica, esta oscuridad podría estar presente en la memoria del albino o incluso perdurar en su presente bajo formas de violencia física y/o psíquica, y que este fuera el detonante para que buscara ayuda externa.

El componente transgeneracional de esta enfermedad, al tratarse de un problema genético, es claro. En este sentido, subrayamos el valor del número 11 (según la Numerología sería un “número Maestro”) pues es el cromosoma portador de la mutación y sugerimos mirar si esta persona podría ser considerada como “un maestro” en su clan. ¿Qué significaría esto? Que la fidelidad a su tribu le habría llevado a aceptar inconscientemente la “orden” familiar de ser él quien la libere de la oscuridad (dramas y focos de inversión). En determinados libros de biodescodificación se suele sugerir a la madre como portadora del conflicto que llega al albino, y al padre como el responsable en el caso del vitíligo Sin embargo, creemos que lo que determinaría si el trabajo debe relacionarse con el padre, la madre, o con ambos, sería el hecho de que el albinismo fuera homocigótico (el gen mutado lo transmiten padre y madre) o heterocigótico (solo uno de los dos progenitores posee la mutación). Si estos datos fueran difíciles de obtener, entonces aconsejamos un trabajo complementario sobre ambos progenitores.

En cualquier caso, el albino estaría viviendo un conflicto de oscuridad que habría que explorar: ¿suciedad?, ¿barbarie?, ¿malos tratos?, ¿criminalidad?, ¿delincuencia?…, en su familia y su búsqueda sería la de la Luz: se borra la melanina para volverse hipersensible a la captación de la luz necesaria para asegurarse la supervivencia entre tanta oscuridad. En este sentido, la Escuela Francesa de Biodescodificación señalaría un conflicto con estructura de “goma” puesto que la persona estaría viviendo su problemática en un contexto de agresión; solucionaría dentro de sí “borrando” ya que fuera no podría cambiar las cosas.

Los resentires posibles podrían recorrer un abanico muy amplio:

• Profunda desvalorización: soy inocente y no puedo demostrarlo.
• Quiero que entre más luz en mi vida.
• Necesito la luz de mi padre (identificamos el Sol como padre), necesito que no me maltrate.
• Me siento solo y siempre lo he estado.
• Me siento impotente para curarme.
• No tengo derecho a existir.
• Tengo que limpiar las suciedades de mi familia.
• No me siento a gusto en la oscuridad.
• Quiero ser “transparente” para pasar desapercibido (si no me ven, no me maltratan) o para que se pueda ver mi interior y que soy inocente.

Para casos en los que la persona manifieste, como conflicto importante, un profundo sentimiento de soledad, recomendamos explorar en la línea de la vida tanto el número 11 (cromosoma donde se produce la mutación) como la secuencia de los números primos (2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29, 31, 37, 41, 43, 47, 53, 59, 61, 67, 71, 73, 79, 83, 89 y 97) puesto que la característica de estos números, solo divisibles por sí mismos y por la unidad, constituye una metáfora clara de la soledad del albino que, además y con mucha frecuencia, es rechazado socialmente (e incluso, en la actualidad, perseguido hasta la ejecución y el despedazamiento en países como Tanzania).