Los que hemos vivido, sufrido y odiado el dolor que han causado a España las personas más inhumanas y depravadas de nuestra democracia como son  los miembros de la banda terrorista ETA, nos cuesta mucho asimilar y comprender la fría actitud y sobretodo el maridaje de Pedro Sánchez con quienes asesinaban a sangre fría a compañeros suyos de partido.

Después de oír a Otegi, con el cinismo que le caracteriza, “lamentarse” del dolor que el y su banda han infringido a miles de familias vascas, andaluzas, madrileñas, extremeñas, catalanas o melillenses, no tenía duda de que mentía y que solo era una artimaña para utilizar una vez más el vil chantaje al que nos tienen acostumbrados estos hijos del mal.

Es indecente e inmoral el juego que han venido haciendo y hacen con las palabras estos asesinos de cerca de 900 mártires de la democracia, pero peor aún es el blanqueo que de ellos hacen PSOE y PNV denigrando a las propias víctimas de su partido por mantener el poder.

¿Se puede entender acaso que nos restrieguen a los españoles casi diariamente la memoria de Franco y la tragedia del enfrentamiento entre españoles de hace casi 90 años, mientras  se sientan, sin escrúpulos, para seguir disfrutando del poder con los etarras que solo hace diez años extorsionaban y asesinaban fría y cruelmente  en plena democracia a seres inocentes?

Que hoy ya no secuestren, tiroteen en la nuca o pongan bombas en cuarteles o centros comerciales no se merece ni un gramo de agradecimiento ni reconocimiento a quienes hoy se sientan en nuestras instituciones cuando ayer eran los causantes de esas barbaries. Solo se merecen que el recuerdo y la voz de los mártires de su sinrazón, persigan y remuevan sus conciencias hasta el fin de sus días.