El vigésimo cuarto álbum de Pez nació como necesidad de expresión. Salieron a responderle a los críticos y buscaron despejar dudas. Las letras son una inyección al alma pero también constituyen un escudo protector. El trabajo plasma los sentimientos y emociones de un grupo debilitado. La banda de Ariel Minimal dejo las guitarras afiladas y priorizó la claridad en su pluma. No suena a Nueva era, viejas mañas, no es Cabeza ni Volviendo a las Cavernas. Tienen la mutación de un camaleón.

El título dista de la casualidad. Kung Fu es un arte marcial que representa la defensa propia y la paz mental. La tapa refleja la desolación: un hombre sentado cabeza abajo y con los brazos cruzados, en posición de llanto. Como si estuviera ahogando las penas en un rincón. Hace dos años Franco Salvador fue acusado en una red social de abusar a una seguidora. La polémica en torno al baterista generó diferencias entre sus seguidores. Algunas fechas fueron canceladas y la actividad profesional disminuyó. Durante dos años no lanzaron trabajos con canciones propias. El hecho no se comprobó aunque la reputación quedó manchada de sangre. El disco es un cable a tierra al público, fue una manera de decir aquí estoy. Mauro Taranto colaboró en la elaboración de un producto interesante.


Pez muestra toda su potencialidad en Kung Fu. En medio de la crisis la banda plasma sus sentimientos más profundos. La magia pasa por los mensajes de las letras. Confluyen la tristeza, enojo y esperanza. Música que golpea al alma.

La composición de las trece piezas estuvo a cargo de Ariel Minimal. El ex Fabulosos Cadillacs ganó reputación en el rock argentino, sin llegar a la masividad de otros exponentes. “Que todo lo que hagas sea por amor, pues no vas a encontrar norte mejor”, señala el líder del proyecto. La primera pista saca a la luz el mensaje de la obra. En el final del track enfatiza: “Porque si hoy sigo vivo es por amor y cuando queden sólo tres minutos más, y entiendas que después no hay nada”. La esperanza, y la crítica al prejuicio conviven en Lluvia de Frente. “Estoy seguro que al final yo sabré llegar adónde debo ir y es que no es sólo el tiempo que se va, es la película letal de aquel idiota que vive lleno de certezas y nunca duda de nada”, afirman.

“Buscás a alguien a quien culpar por todas tus frustraciones. La mierda sobre los demás, jamás mirar adentro. Si vivís del odio, para el odio, nada bueno va a pasar”, gritan a los cuatro vientos. La referencia al dedo acusador se repite en muchas canciones. El Sheriff es la autoridad que desea hacer justicia y oculta la verdad. “No es sólo una cuestión de percepción, a veces es negar la realidad. Repetiste una secuencia que nunca existió y ahora ya no sabés cómo parar esta guerra sin razón o es acaso otro motivo para odiar”, sostienen.

La música es la terapia ideal, un oasis en medio del desierto. Minimal y su escuadra lo entendieron a la perfección. La crisis debía cristalizarse de alguna manera. “Cuando en el aire flota una extraña sensación, con los sueños congelados, cascoteado el corazón, yo voy a buscar refugio, como siempre, en los brazos de una canción”, declaran en el homónimo. El vocalista le da protagonismo a Mimi Maura en la reversión de El Almaherida. La autora de Yo no lloro más aporta su tono cálido y caribeño. La letra esquiva el enojo y se centra en la tristeza. La tensión baja de forma considerable.

Fósforo García en bajo y Juan Ravioli en guitarra aportan la rabia sonora, bien marcada en la segunda parte de esta producción discográfica. La Joya, despliega la faceta más rockera y rebelde de la obra. Rotó por las redes en el 2014 y los integrantes decidieron incorporarlo en este listado. Los amigos del campeón y Fuego Amigo exponen el descontento por las personas que se alejaron después de la acusación. Una vez consumado el escrache mediático, el manager y la productora dijeron adiós. En clave contundente, aseguran que muchos estuvieron en el éxito, pero se borraron en las tempestades.

Sin embargo, el tesoro figura en el último track. ¿A dónde vas a poner tu atención? revela el sentido real de la vida. La dulce melodía conduce a la paz y cierra la persiana, ya no hay tiempo de bronca hacia afuera. Los cuatro integrantes más unidos que nunca. Buen final para un album que refleja la función del arte en su máxima expresión.