Por: Florencia González – David Pérez Anaine


A los periodistas nos dieron una credencial de prensa cuando comenzó la FIT (Feria Internacional del Libro), sin embargo no es válida para entrar a la Sala Borges donde se llevará a cabo la conferencia de prensa en una feria abierta al público en general. Lo certificó el comunicado oficial del espacio situado en La Rural: “El acceso al acto será con invitación especial, las que fueron cursadas directamente por la editorial y los organizadores. Entre los invitados hay referentes de la cultura, políticos y periodistas”.

Estando ya completa la capacidad de la sala, no habrá acceso a la misma por parte del público general, ni tampoco de prensa que no haya sido invitada por los organizadores.

Las acreditaciones de prensa (periodistas, camarógrafos y fotógrafos) otorgadas por la Fundación El Libro para la Feria NO HABILITAN al acceso a la sala Borges para esta noche. Sí permitirán la cobertura desde el exterior del recinto.

Fuente: Infocielo.

Es como: “cubrí la feria desde donde puedas”, total hay pantallas. No dejamos de obviar que es un hecho mega importante la presentación del libro de la expresidenta.

«Sinceramente» se presenta el mismo día que, en la esquina del Congreso nacional, balearon a Héctor Olivares, diputado de la Unión Cívica Radical, y asesinaron al acompañante, el funcionario Miguel Marcelo Yadón, quien falleció en el acto. «SINCERAMENTE» se presenta sin transparencia, o por lo menos sin la total libertad que ese acontecimiento requiere – y como es meramente sabido – se lleva a cabo en un lugar abierto a todos los espectadores. Hay muchos «porqués” y ¿el principal? porqué es que es un año electoral y la campaña siempre está dando vueltas. Lo malo claramente, es que se haga un acto público y militante con periodistas invitados, o invitadxs como prefieran.

Uno de los platos más fuertes de esta feria se convertirá en un acto de campaña exclusivo. Dedicado a militantes, periodistas amigos y un grupo de aplaudidores muy selecto que fue elegido sigilosamente por parte de la ponencia. La política tradicional, representada en este caso por Cristina Fernández, hará uso partidario de un espacio cultural destinado a la muestra y difusión de obras literarias. A esto, debemos sumarle que la autora parece desconocer que, la literatura tiene un fin estético no ético. Esto quiere decir, que el objetivo de esta disciplina es la búsqueda de belleza, expresada en los recursos expresivos de la lengua, utilizados por el escritor, y no ser un mero vehículo de adoctrinamiento utilizado por un líder de opinión para tratar de influir en una masa homogénea.

Este gesto no debería extrañar si analizamos cómo fue el trato de la gestión kirchnerista hacia la prensa durante la década pasada: periodistas críticos despedidos de medios públicos, persecución, aprietes, censura, compra de medios a través de testaferros, pauta gubernamental a medios afines, publicidad oficial durante las transmisiones de Fútbol Para Todos, leyes que limitaron la libertad de prensa y conferencias transformadas en interminables monólogos en cadena nacional. No hubo en la historia argentina un gobierno democrático que le declara la guerra al periodismo de una forma tan violenta, abierta, despreocupada e impune. Las pocas entrevistas que realizó la expresidente fueron concedidas a conductores acríticos y obedientes que al día de hoy siguen ignorando una de las grandes premisas de este género: la repregunta es muestra de independencia.