Desde el inicio de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, los Servicios Sociales Comunitarios de la Diputación de Málaga han tramitado cerca de 3.500 ayudas económicas para alimentación, alquiler, suministros básicos y servicios de comedor escolar. Estas son algunas de las casi 20.000 actuaciones y gestiones realizadas por los trabajadores de los Servicios Sociales Comunitarios para dar respuesta las urgencias sociales y las necesidades de las personas dependientes. Además, se han atendido numerosas solicitudes de información sobre recursos económicos, ERTES o medidas estatales de apoyo al alquiler o suministros básicos.

El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, ha explicado que “durante estos meses de confinamiento y de lucha contra el COVID-19 no solo ha habido una crisis sanitaria, sino también una crisis social y económica. La paralización de la actividad económica en la provincia ha hecho que muchas personas pierdan su empleo, no tengan ingresos económicos en sus familias, y sus necesidades básicas no han podido ser cubiertas: alimentos, servicios esenciales como luz, agua, pago de alquileres…”. Por este motivo, los 11 centros de Servicios Sociales Comunitarios de la provincia han estado abiertos desde el inicio de la crisis sanitaria, y “con sus 122 trabajadores al frente, han trabajado durante estos meses de manera muy intensa, muy profesional, y volcados en estas familias que lo están pasando muy mal”.

Salado ha agradecido la labor de estos trabajadores y de los ayuntamientos de la provincia que colaboran con ellos para responder a las necesidades de estos ciudadanos y ha asegurado que “vamos a seguir trabajando desde la Diputación Provincial para que sean atendidos hasta que la recuperación económica se vislumbre”.

En los Centros Sociales Comunitarios de la Diputación se han seguido atendiendo, tanto presencial como telefónicamente, las urgencias sociales y las demandas de los malagueños residentes en los 87 municipios de menos de 20.000 habitantes. Las instalaciones de estos centros han sido desinfectadas para garantizar la seguridad sanitaria de usuarios y trabajadores, que han contado también con equipos de protección individuales. Por su parte, los profesionales que han desarrollado su labor teletrabajando han contado con un portátil y teléfono móvil corporativos.