@davidp2190

Parte del panelismo berreta de cada mediodía quiso instalar la idea de que el periodismo deportivo argentino era el mejor del mundo. Sin embargo, estos segmentos televisivos y radiales se convirtieron en espacios donde abundan palabras mal pronunciadas, verbos mal conjugados y opiniones sin un respaldo sólido. Aquí, la personalidad se destaca por encima de la noticia.

Este compendio de deslenguados, que considera que toda situación deportiva o extradeportiva de rigurosa actualidad debe pasar por el tamiz de su “valiosísima” opinión, siente la necesidad de vomitar puntos de vista acerca de una multiplicidad de temáticas que no siempre manejan con profundidad.

La mayoría de las veces, las audiencias terminamos comprando el combo: opiniones mal argumentadas que son vertidas por sujetos que no saben enunciar correctamente una oración. Esta es la síntesis perfecta de un periodismo deportivo que se limita a mostrar debates estériles y entrevistas pobres que tienden a caer en espacios comunes y que, por tanto, dejan poca tela para cortar.

En este contexto, se desató un fuerte cruce entre el periodista deportivo de ESPN y radio La Red Gustavo López con el influencer, youtuber y twitcher español Ibai Llanos, quien consiguió entrevistas exclusivas con Sergio Agüero y Paulo Dybala para su canal de Twitch. El conductor consideró que era injusto e irrisorio que los futbolistas le otorgaran entrevistas a un streamer y no a él, que trabaja en una de las cadenas deportivas más importantes a nivel internacional.

López no dudó en descalificar al influencer y preguntó -de forma despectiva- quién era Ibai para entrevistar a esas dos estrellas que no habían mostrado voluntad de participar en sus programas. Por su parte, el español se defendió diciendo que no le interesa hacer periodismo deportivo, que su fama no llegó de un día para otro -sino a base de trabajo y esfuerzo- y le recomendó que intente entrevistar a jugadores de categorías menores.

El cruce concluyó el día lunes con una entrevista en el programa ESPN F360, donde el conductor y el referente del mundo del streamer limaron asperezas en vivo. El periodista argentino tuvo que bajar la cabeza y las redes posicionaron a Ibai Llanos como el gran ganador de la jornada.

Nadie puede poner en duda que la aparición de las distintas redes sociales nos hizo modificar las formas de hacer y consumir contenidos a través de internet. Al mismo tiempo, nos invitó a replantearnos muchos conceptos que parecen arcaicos a los ojos de una generación que nació junto con Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok y Twitch.

¿Se hace periodismo en las redes o solo se puede producir material periodístico en los medios tradicionales? ¿Cualquier usuario puede hacer periodismo en redes? ¿El periodismo tradicional está muriendo y ya es reemplazado por las nuevas plataformas? ¿Los influencers serán los nuevos periodistas? Dejo la respuesta a criterio de cada lector.

Es verdad que cualquier personalidad o figura pública siempre va a preferir entrevistarse con un youtubers antes que con un conductor prestigioso. Las entrevistas que realizan los influencers de redes sociales -en su mayoría- suelen ser espacios amenos y distendidos donde se producen charlas espontáneas e informales que despiertan una atracción especial para una comunidad de usuarios determinada.

Distinto es el caso de la entrevista periodística, que responde a un formato más rígido y tiene como objetivo elaborar un producto que va a difundirse a través de medios de comunicación tradicionales y que va a tener como receptor un público masivo. El periodista va a cuestionar, preguntar y repreguntar al personaje en cuestión con el fin de obtener información relevante y de alto impacto noticioso.

El influencer, por su parte, va a aspirar a elaborar un contenido de calidad que pueda satisfacer y entretener a su comunidad pero en ese trajín, puede producir información con valor periodística que luego es reproducida por los medios. Esto también llama a confusiones.

Ninguna figura pública está obligada a brindar entrevistas a medios de comunicación o a algún conductor en particular. Estas instancias suelen ser incómodas para los entrevistados que, muchas veces, buscan canales alternativos para dar a conocer sus ideas, y charlar con un youtuber suele ser una muy buena opción.

Es lógico que estas situaciones causen algún tipo de malestar en el ambiente mediático, donde el periodista se cree el amo y señor de las entrevistas y reportajes. La humildad no es una virtud que abunde en un medio lleno de egos y competencias que no siempre son leales y en el que muchos comunicadores olvidaron que no son más que productores de noticias.

Los tiempos que corren nos presentan nuevos escenarios que posicionan a los líderes de opinión como la principal competencia del periodismo profesional. Estos nuevos desafíos deben ser tomados como una invitación para seguir estudiando, para ser innovadores y creativos, para respetar el trabajo ajeno, para hacer un periodismo ético y responsable. Y lo más importante: para aprender a ser más humildes.