Fuente: Crónica Viva (Perú).

David Pérez Anaine -Periodista – UMaza.

Los medios de comunicación se han convertido en uno de los sectores más castigados por parte de las políticas económicas del Gobierno nacional; y el panorama parece estar muy lejos de mejorar. La incertidumbre, la duda y la desazón se instalaron -sin pedir permiso- en las salas de redacción de los periódicos con mayor tirada, y llegaron rápidamente a los estudios de radio y televisión con más audiencia.  

El caso más reciente ocurrió el último miércoles en las oficinas del Grupo Clarín, ubicadas en Capital Federal, donde se informó el despido de 65 trabajadores de prensa. Algunos fueron anoticiados en la puerta del lugar de trabajo y otros, vía mail. La empresa de medios –que ha sido la mayor beneficiaria de pauta oficial durante la era Macri, y que desde el 2015 a la fecha ya cobró $1.200 millones– se expresó solo a través de un comunicado emitido por el gerente general del multimedio, Héctor Aranda, que hizo referencia a un “proceso de reingeniería” que exige “renovar puestos de trabajos, sumar nuevas capacidades y también a redimensionar áreas para asegurar una transición equilibrada, que no ponga en riesgo la operación general de la empresa”.

A modo de protesta, desde la asamblea del diario dispusieron un “quite de firmas por tiempo indeterminado”. La medida no fue acatada por todos los redactores.

Fuente: El Destape Web

Esto se suma a la ola despidos que tuvieron lugar en Editorial Atlántida, Grupo Crónica, CN23 C5N, Télam y Radio Nacional, solo por nombrar algunos casos similares que sucedieron en el último tiempo. La situación no es distinta en el interior del país donde muchos diarios tradicionales están comenzando a cerrar sus ediciones impresas con el objetivo de fortalecer sus propuestas digitales, como fue el caso de Diario Uno en Mendoza. El multimedio festejó estos avances con un “relanzamiento” que solo costó el retiro voluntario de más de 120 empleados.

Con el arribo del gobierno, en diciembre del 2015, las radios fueron enfrentando nuevos y difíciles desafíos. Estaciones históricas de CABA y Gran Buenos Aires como Rivadavia, Del Plata, El Mundo, Splending, América o Radio 10 fueron noticia recientemente por temas vinculados a despidos, precarización laboral, cierres o atraso en el cobro de sueldos. Por otro lado, estaciones más pequeñas que no conocen el concepto de pauta oficial, y que no encuentran los medios para poder autoabastecerse, mueren en silencio. Con ello, muere la libertad de expresión y una parte importante de nuestra cultura, porque la radio es cultura.

Las señales televisivas tampoco quedaron exentas de la crisis económica. Muchos canales de aire se vieron obligados a presentar procedimientos preventivos en la Secretaria de Trabajo ante la imposibilidad de pagar los sueldos a fines del año pasado, como fueron los casos de Canal 9 y América. La situación en C5N también se volvió desesperante: después de que los empleados estuvieron cobrando su sueldo en cuotas durante 15 meses, fueron perjudicados por un fallo de la Sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial que decidió bloquear una cuenta bancaria inembargable que tenía como destino el pago de salarios de todos los trabajadores del ex-Grupo Indalo, en marco de la causa que investiga la evasión fiscal por parte del empresario de medios y exdueño del grupo, Cristóbal López. 

Los medios de comunicación que dependen del estado nacional están transitando una de sus peores crisis. A principios de 2017, la TV Pública llevó a cabo un proceso para adelantar jubilaciones y así reducir personal de su planta permanente; en enero del 2018, bajo el lema «Menos noticias es censura», los delegados del canal estatal cancelaron noticieros y flashes informativos por primera vez en 10 años a modo de protesta por el ajuste propuesto por la secretaria de medios públicos; y durante marzo de este año, se conoció la decisión del gobierno de reemplazar a los conductores y panelistas de los cuatro noticieros por otros profesionales de su preferencia, medida que se realizó sin llamado a concurso público -como exige la ley- y que no es sorpresa en pleno año electoral. Mientras tanto, el panorama en Radio Nacional es negativo en las 49 estaciones repartidas por todo el país: la semana pasada, trabajadores de todas las emisoras realizaron un paro exigiendo aumento salarial, el cese de la discriminación laboral y la defensa de la emisora estatal. La situación en la agencia oficial Télam también sigue siendo delicada luego del despido de 350 trabajadores en junio del año pasado.

Fuente: El Destape Web

Las respuestas del titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos Hernán Lombardi siempre fueron pobres, insuficientes e incompetentes. Podríamos afirmar que es el claro reflejo de la gestión de un funcionario que no cuenta con la formación académica ni con la experiencia en medios requerida para ocupar ese cargo, y que no es más que un comisario político que responde con fidelidad a las diligencias del presidente. ¿Qué hace un ingeniero como titular del Sistema de Medios Públicos? Solo Macri y sus asesores lo saben. No querían a un experto en comunicación comprometido a trabajar para que los medios públicos pudieran ofrecer productos periodísticos de calidad… querían un funcionario obediente que cumpliera órdenes sin inmutarse.   

Tampoco debemos olvidar que en este momento hay miles de jóvenes periodistas en toda la Argentina buscando oportunidades que les permitan ejercer su profesión dignamente.